Si la vida es un juego de sueños
Chris Kase puede sentirse afortunado de verlos
cumplidos. Y nosotros, por extensión, de disfrutarlos.
Kenny Wheeler ha sido para Chris Kase uno de los nombres
más importantes en su manera de entender la música, y lo
que la privacidad había dejado para el disfrute del
titular del sueño se convierte con esta grabación en
placer compartido.
Este “A song we once knew”, título para el segundo
trabajo a su nombre por estos lares de Chris Kase, es un
disco de Trompetistas. Trompetistas de discurso
emocional con sonidos que se funden para invertir por
momentos el orden en que la lógica dispuso el
calificativo de maestro y alumno. Emocional en el
desarrollo de unos solos de largo recorrido. Solos que
confieren al arte de la improvisación de ambos la virtud
de la comunicación.
La comunicación, que en el jazz tiene como referente
fundamental la improvisación, encuentra en las
composiciones de Chris Kase y Kenny Wheeler un altavoz
de hermosas sugerencias. Composiciones que nacen del
sentimiento. Partituras que superan el estadio de
“excusa para la improvisación” y que por sí mismas son
ya argumento inexcusable para su escucha.
Carlos Pérez Cruz – Tomajazz
La última entrega de Chris Kase cuenta con la feliz y
lujosa colaboración de un grande del jazz, Kenny Wheeler,
que garantiza un viaje sin retorno; ambos comparten
herramientas, trompeta y fliscorno, y compatibilizan
bien sus distintas personalidades creativas, que van
desde la querencia bop del primero al lirismo avanzado
del segundo.
Pablo Sanz, El Mundo |
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En su segundo trabajo para la
discográfica leridana Satchmo, Chris Kase realiza un
doble salto mortal sin red redondeando una de las
grabaciones jazzísticas más interesantes editadas
aquí. Un disco fresco, desinhibido y sin fecha de
caducidad, en el que la trompeta del líder encuentra
un alidado de auténtico lujo en el trompetista
británico Kenny Wheeler, el cual, sin hacer sombra a
Kase, demuestra una vez más una de las sonoridades
más redondas del jazz actual y aporta dos bellas
composiciones. Las dos trompetas dan toda una
lección junto a una rítmica sorprendente: El
pianista Albert Bover, el contrabajista Johannes
Weidenmüeller y el batería Marc Miralta. Un disco
altamente recomendable, incluso en competencia con
todo el jazz de importación que invade nuestras
tiendas.
Miquel Jurado, El País
Incluir a Kenny Wheeler en una banda en la que uno
mísmo es el trompetista es establecer en nivel de
perfección tan alto que puede dañar profundamente la
credibilidad. El trompetista americano Chris Kase le
ha llamado para la realización de su segundo disco
español y su encuentro, siempre colaborativo, nunca
antagónico, ha salido a pedir de boca. “A Song We
Once Knew” es de esos discos en los que desde sus
primeros compases se establece una atmósfera-en este
caso de tibia melancolía-que mece al oyente hasta
llevarle a su conclusión. Las primeras notas de “For
H.”, de Wheeler, llevan sedosamente, sin obstaculos,
sin repeticiones, hasta el corte final “Laternow”,
signo de la excelencia de la escritura de Kase. La
dulzura reflexíva del tema titulo (de Kase) posee
ese equisito balanceo característico de las piezas
del canadiense; las trompetas engarzadas de “O.K.
Chorale”, de belleza etérea, “June Tune”, una frase
capaz de alojarse en la memoria por tiempo
indefinido. Inmejorable.
Ángel Gómez Aparicio, Más Jazz
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